Nos escriben los adoptantes de Che y cuentan que querian enseñarle el sientate, dame la pata, pero parece que él ya sabia y enseguida por los gestos ha comprendido que habia llegado el momento de volver a ponerlos en practica, asi que se han quedado alucinados. Se ha hecho amigo de toda la familia y los vecinos, y también de algunos gatos de la zona.