Dicen que cuando una de nuestras amadas mascota muere va directo hacia un lugar en el cielo justo bajo las estrellas, llamado El puente del Arco Iris, al llegar se encuentran con un montón de amigos, todo animal amado en la tierra y también aquel que no fue amado, aquellos que fueron maltratados, todos se reúnen allí.
Es un buen lugar libre de peligros, los animales que estaban enfermos y ancianos, los heridos y mutilados, todos se recuperan y vuelven a ser jóvenes y fuertes, se pasan los días jugando, retozan en la hierba, nadan, corren, disfrutan del sol y por la noche se acuestan todos juntos sobre el reflejo de una alfombra a rayas de siete colores.
Los animales se sienten felices excepto por una cosa, echan de menos aquella persona que dejaron atrás, el amigo especial que les cuidaba, con el que compartían la vida, especialmente esas largas siestas en verano y las frías noches de invierno, solo una cosa les entretiene en ese punto del cielo, la añoranza por su alma gemela, aquella de dos patas, que les entregó un día su compañía y amor eterno.
Cuentan que con frecuencia un perro se separa del grupo de animales, mira atento a lo lejos, sus ojos se vuelven brillantes y su cola empieza a moverse de un lado a otro, su cuerpo se estremece de emoción y empieza a correr … y es que ha visto a su amigo especial que está llegando, le salta encima, caen al suelo, le lame la cara y se frota contra él, por fin llegó la hora del reencuentro, por años que pasen, por mucho que hayas envejecido tu perro siempre te reconoce.
Estoy segura que cuando me toque a mi, me caerán unas lagrimas, él me olerá y yo le oleré, especialmente las patas ¿habéis olido alguna vez las almohadillas de las patas de vuestros perros?, hacerlo!, porque es un olor inconfundible, no hay almohadilla que huela igual, es como una huella olfativa, buscaré su olor, el de mi amado Brutus y solo entonces descansaré en paz, por fin le habré recuperado, volveré a mirarle a los ojos ésta vez intencionadamente y como aquella tarde lejana en que por casualidad lo hice, me volveré a emocionar al verme allí reflejada, diminuta, distorsionada, en medio de la bondad, de la paz y del respeto que encierra la mirada de un perro.
Algunos cuentan que cuando te mueres ves una luz al final de un túnel, sinceramente a mi lo que me tranquilizaría más sería ver asomar la trufa de Brutus tratando de olerme, me sentiría a salvo, si él me estuviera esperando es que no habría nada malo “ahí afuera”.
En cualquier caso, sea como sea el reencuentro, se que juntos cruzaremos El Puente del Arco Iris, porque él me habrá estado esperando, como siempre, como lo hacía en casa durante mis ausencias, iremos juntos hacia lo desconocido.
Quién ha tenido un perro sabe que no hay nada mas gratificante que andar sin rumbo junto a ellos y esa última vez el camino será largo, saldremos en busca del infinito, pero nada temeremos, no habrá soledad en ese trayecto, porque iremos acompañados de nuestros peludos.
A todos los voluntarios de protectoras de animales, sabed que nuestro trabajo no termina aquí en la tierra, debemos seguir porque todos los animales abandonados y maltratados están allí al pie del Puente del Arco Iris, solos, ellos no tienen a nadie a quien esperar, así que nuestra obligación será cruzar el puente con ellos.
Isabel G. Voluntaria en ASS
Redacción inspirada por : Legend of Raibow Bridge by William N. Britton.